viernes, 12 de junio de 2009

360 calorías

Se me ha caido todo encima. El castigo que se me ha impuesto por traer a casa a un desconocido ha sido peor de lo que imaginé. Me van a quitar la conexión a Internet (¡¡la hecatombe!!) pero el motivo de mi llanto no es ese.

No puedo imaginarme como será mi vida sin realizar lo que ha acabado convirtiéndose en mi forma de vida. Me van a desapuntar de Ballet.

No me arrepiento, pero no quita que me duela. Al menos tengo a J a mi lado para que me sequé las lágrimas, o eso creo.



A los días, mantuve una conversacion con mi padre. Acabó llorando. "Sólo intento ser un buen padre hijo, pero no me lo pones fácil".
No me va a desapuntar de Ballet y estaré castigado un mes sin internet. Poco a poco la tormenta va desapareciendo.

Siempre me han definido como una persona muy fría, carente de sentimientos en muchos momentos. La tarde que retomé las clases de danza tras este suceso, acabé llorando de alegría. Cada vez tengo más claro que este es mi mundo, peor J no parece entenderlo.



Mi modo de comunicación con J ha pasado a ser vía móvil.

Antes de comenzar nuestra relación le avisé que yo no disfruto de mucho tiempo libre y que no podría quedar cuando él quisiese. Me insistía para vernos todos los días, y yo rechazaba sus ofertas, lo cual acaba en discusión siempre.

Una fría noche estaba con mi amiga Mariloli tomando unas cañas en un bar, y él me llamo.
"No tienes que acceder si no quieres, ¿ok? Pero te apetece venir a pasar la noche a mi casa"
Le dije que no, y no esperaba esa respuesta. La asimiló bien.

Al llegar a casa, me encontré con que ya tenía conexión a Internet. Hablé con él, y acabé accediendo su oferta de pasar la noche en su casa. Me vino a recoger en coche y acabamos en su casa. Uno tras otro, el mismo ritual insaciable de siempre.

Cuando nos dispusimos a dormir, me sonó el móvil. Mensaje de mi padre. "Me tienes aburrido".
Me cazaron. Normal por otra parte, actúe sin montarme bien las cosas.
Ese mensaje, curiosamente, se reenvió 4 veces durante toda la noche.

Poco a poco fui entendiendo que nuestra relación solo se estaba basando en sexo, sexo y más sexo.

Una hora de sexo quema 360 calorías. Menos mal que siempre he tenido problemas para engordar y para adelgazar, sino, me hubiese quedado en los huesos.



Una tarde falté a Ballet. Pasé la tarde en su casa, follando, como no. Pero hubo un problema, los condones que tenía él no eran de una calidad muy buena, y se le rompían en cuanto se los ponía. No eran de su tamaño.

Dejó caer la posibilidad de hacerlo sin condón. No rechacé la oferta, y he de admitir que no hay color.



Al tiempo fue pensando que empezaba a pasar de él, que no quería verle e incluso que podría haber otro.

Una noche me confesó que había pasado el fin de semana con un chico, y no jugando al parchís especialmente. Se arrepentía, pero yo no puedo estar con alguien que no sabe lo que quiere.

Es el momento de dedicar plenamente mi vida a mi verdadero amor, la danza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario